lunes, 10 de julio de 2017

Loquero en San Diego: punk rock no apto para claustrofóbicos

Por Hermes Domínguez Vásquez / Fotos: Fabián Vargas Arévalo.

No es necesario contar con un gran recinto o con metros y metros de escenario para realizar una tocata potente y de calidad. Eso quedó demostrado el viernes recién pasado, donde los argentinos de Loquero se reencontraron con sus fanáticos chilenos, en una jornada de punk rock no apta para claustrofóbicos.

El inicio del show en vivo estaba pactado para las 22:30 horas en el Espacio San Diego de Santiago, pero el poco público que optó por entrar a tiempo obligó a la producción a atrasar unos minutos la salida al escenario de Portaligas, trío de mujeres (acompañadas por un bajista) que, por medio de su punk contestatario, dan cuenta de su femenina visión ante una sociedad “bastante fea como para quedarse quietas”, como ellas mismas la describen.

Pese a la escasez de espectadores, estas chicas lograron cautivar a quienes las escucharon. Gracias a sus carrasposas melodías y cotidianas letras, se desataron los primeros pogos, cabeceos y guitarreos al aire de la noche; cimentando lo que sería una histórica jornada.

Durante poco menos de media hora, el trío femenino repasó parte de sus ocho años de trayectoria, donde incluso Cecilia fue homenajeada con un cover de “Puré de papas”. Además, se enfatizó en la lucha por erradicar el maltrato a la mujer con un mensaje sin pelos y al callo: “Esto es en honor a todas las compañeras que han caído en manos del pico represor. Salud por todas, que sigan en la lucha. Ni una menos”.

A continuación, fue el turno de T.A.M., iniciales que originalmente significaban Tenemos a Matute, pero que con el tiempo han mutado a varias alusiones como, por ejemplo, Tu Amargo Madrugar.

Sólo dos canciones de corrido bastaron para hacer que un número importante de asistentes ingresaran al ex Domo, coreando enérgicamente “Aguante T.A.M.” y pidiendo uno que otro tema, como si el setlist de la banda fuera a ser modificado por las exigencias de sus fanáticos.

“Asuntos pendientes”, “Infusión milenaria”, “Seguiré cometiendo errores por toda la vida”, “Dueño de nada” y “Me gustan las drogas” fueron parte de un repertorio que duró alrededor de cuarenta minutos, donde quedó en evidencia que los teloneros no siempre son arroz graneado para los espectadores, sino que pueden ser parte importante del menú.

Así se dio paso a los BBS Paranoicos, que tardaron en arrancar su show debido al minucioso trabajo de sus sonidistas, que de todos modos dio tiempo para que el público tuviese un descanso ante tanto derroche de energía, mientras que el recinto no paraba de recibir nuevos espectadores.

Los pogos crecieron y se intensificaron gracias a las canciones de este cuarteto más ligado a lo melódico, que –como es habitual– brindaron un show de primer nivel, que tuvo como clímax la presencia en el escenario de Alex Patiño, el Hormiga, vocalista original del grupo, quien cantó “Ausencia”, “El Regreso” y “Mentira”. Tres de los temas más coreados.

UN, DOS, TRES… SAN DIEGO A SUS PIES
Pasadas las dos de la madrugada, el Espacio San Diego estaba a tope. No cabía ni un solo alfiler más. Las últimas cien entradas habilitadas para ser vendidas en puerta se agotaron casi al instante, lo que no es raro considerando el arrastre que tiene Loquero. Qué más da si su último trabajo discográfico data del 2011, los veinte años de influyente trayectoria dentro del punk argentino son argumentos suficientes para que cada venida a Chile se transforme en un imperdible.

Un recinto que normalmente bordea las doscientas cincuenta personas se vio en la obligación de albergar a más de quinientas. A esa altura la situación se tornó no apta para claustrofóbicos, pues no podías moverte sin pasar a llevar o derechamente golpear a alguien.

La transversalidad etaria se hizo presente en San Diego. Por un lado, abundan los treintañeros que probablemente escuchan a Loquero desde hace una o dos décadas, y por el otro, están los rostros más jóvenes, quienes conocieron joyas como “Temor Morboso a la Exposición Pública” o el “Club de Solos” hace no más de un par de años. La edad no importó. No fue relevante si alguien estaba viendo a los trasandinos por enésima vez o si era su primer encuentro cara a cara con Chary y compañía, todos eran una sola voz.

Tampoco importó que el sonido no haya sido de lo mejor o que el cansancio y desgaste vocal del frontman haya sido evidente en varias canciones, pues la fuerza y actitud con la que abordan al público logra paliar cualquier deficiencia musical.

Desenfreno total provocaron canciones como “Temor morboso a la exposición pública”, “Uki Uki” y “Show Bizz”, sumados a las rápidas melodías de “Frío” y “Vicky Vomitó”. Mosh, slam, combos y patadas al aire fueron la escenografía que acompañaron a la parte más veloz de la presentación.

Pero también hubo tiempo para bajar un cambio, especialmente cuando los argentinos recordaron su etapa a partir del disco “Fantasy” (2001), donde desaceleraron el sonido para entonar temas como “Rusita”, “Chocolate” y el mismo “Fantasy”. Este último de los más coreado.

“Un, dos tres, quiero detener el mundo a mis pies un segundo nada más…”, así Chary cantaba “Atlántida”, respaldado por los cientos de voces en San Diego que, en efecto, estaban rendidos a los pies de Loquero.

“Cuidacoches”, “Event time”, “Caballitos de fuego” y “A nadie”, cover de sus compatriotas Flema continuó con el desenfreno, hasta que se puso fin a una presentación que se extendió hasta las cuatro de la mañana.

Más de veinte canciones en hora y media de show, donde el cansancio y lo sofocante que estaba el lugar pasó a un segundo plano. Nadie quería que la noche acabase, todos querían detener el mundo a sus pies y continuar con la locura de Loquero.

[SanRock.cl] Galería de Fotos: Loquero + BBS Paranoicos + T.A.M. + Portaligas

La banda argentina Loquero se presentó el viernes pasado en Santiago junto a los chilenos BBS Paranoicos, T.A.M. y Portaligas. La jornada, que se llevó a cabo en el Espacio San Diego, fue una fiesta punk rock para los cientos de asistentes que repletaron el local.
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