martes, 24 de enero de 2012

El Cruce se toma un receso

La destacada banda de rock y blues chilena El Cruce se tomará un receso indefinido, según confirmó hoy el vocalista y guitarrista del grupo, Felipe Toro.

En una carta publicada en el sitio 2120.cl, el músico explicó que “nadie quiere seguir con el ritmo que hemos llevado hasta acá, simplemente no podemos, el motor del bólido rugiente se ha recalentado.

En ese sentido, agregó que “la ruta también te desgasta, te hiere, te muele, y es difícil sanarse si no te detienes un momento para que cierren tus heridas y te sientas fuerte e invencible otra vez”.

Por último, Toro expresó que “pasarán semanas, meses, no sabemos cuánto, pero será todo el tiempo necesario para que nuestra energía vuelva a ser la de siempre, la más potente, salvaje e indomable del blues criollo, y para que la gente que nos ha hecho el aguante durante todos estos años pongan nuevas canciones en sus bocas y las hagan propias”.

CARTA COMPLETA PUBLICADA EN 2120.CL
“Luego de 12 años ininterrumpidos de carrera, Orlando, Negro, Jorge, Claudio y yo hemos tomado la decisión de sacar el pie del acelerador, estacionarnos en la berma del camino y tomar un respiro.

Desde nuestro nacimiento hemos sido un bólido rugiente y veloz por una carretera repleta de obstáculos, pero siempre avanzamos a fondo, sin miedo, mirando sólo hacia adelante y sin frenar ni siquiera para tomar las curvas. Y avanzamos mucho, más de lo que alguna vez imaginamos, precisamente porque nunca nos detuvimos a pensar hacia dónde queríamos ir, fuimos sólo instinto y pasión, sólo honestidad y entrega, y la verdad es que muy pocas veces usamos la razón.

Esa forma de vivir la vida es la esencia de lo que somos como banda y como personas individuales y estoy seguro que es algo que no se puede traicionar, sin embargo, en la medida que uno va creciendo también se va haciendo necesario incorporar gradualmente a la razón, sobre todo cuando se trata de tomar decisiones que son trascendentales en nuestras propias vidas. Y EL CRUCE sin duda que es trascendental para las vidas de cada uno de nosotros, de lo contrario, fieles a nuestro estilo pasional e impulsivo, nos habríamos simplemente separado y le habríamos dado punto final a esta historia, pero nadie quiere eso. Sin embargo, tampoco nadie quiere seguir con el ritmo que hemos llevado hasta acá, simplemente no podemos, el motor del bólido rugiente se ha recalentado.

Tampoco hay que desconocer que la naturaleza de esta carretera es bastante particular; es un camino sinuoso, una cuesta intrincada roceada de aceite, basura, animales que se cruzan, rocas que se desprenden y un sin fin de vallas que en Chile sobre todo parecieran acrecentarse, pero el paisaje es tan hermoso, las historias vividas son tan trascendentales y las experiencias son tan únicas que a pesar de todo uno se hace adicto a la ruta y a la sensación impagable de la libertad, del viaje a toda velocidad que te da la música. Pero la ruta también te desgasta, te hiere, te muele, y es difícil sanarse si no te detienes un momento para que cierren tus heridas y te sientas fuerte e invencible otra vez.

Eso es lo que necesitamos ahora y es por eso que nos orillamos un rato. No se trata de dejar de vernos ni de crear ni de hacer música juntos, sino que se trata de encerrarnos un ratito en nosotros mismos para disfrutar el ambiente y la hermandad que se da dentro del vehículo en el que vamos y no estar tan pendientes del camino y del paisaje. Buscaremos dentro de nosotros mismos los sonidos que aún no hemos descubierto a punta de ensayos e improvisaciones que hace mucho no podemos darnos el lujo de tener y tocaremos en vivo solamente cuando tengamos ganas o las condiciones sean las adecuadas. Pasarán semanas, meses, no sabemos cuánto, pero será todo el tiempo necesario para que nuestra energía vuelva a ser la de siempre, la más potente, salvaje e indomable del blues criollo, y para que la gente que nos ha hecho el aguante durante todos estos años pongan nuevas canciones en sus bocas y las hagan propias.”